Sesión # 8
Fecha: 14 de junio de 2021
Temas clave : organización de circunscripciones secundarias; movimiento laboral; tácticas creativas; raza, cultura e identidad
Presentador s: Alfredo DeAvila, organizador del boicot de la UFW y trabajó en el Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Texas; Andrea O’Malley y Carlos Munoz, Boicot de la UFW en Boston
Los esfuerzos para organizar a los trabajadores agrícolas blancos se remontan a la década de 1930. En años posteriores, estos esfuerzos de organización incluyeron a trabajadores filipinos, japoneses y mexicanos. En la década de 1960 hubo esfuerzos exitosos que demostraron la efectividad de las huelgas para impulsar a los trabajadores y obtener ganancias materiales para los trabajadores agrícolas.
La campaña Grape Boycott de la UFW fue una campaña que se basó en esas experiencias y las llevó más allá. La campaña Grape Boycott es una historia sobre la pura fuerza de voluntad de personas comprometidas con la dignidad y el trato justo. Arrojó luz sobre la difícil situación de los trabajadores agrícolas y se convirtió en un movimiento nacional que ejemplificó cómo la organización hace posible lo imposible. Entre las lecciones que seguimos extrayendo de la campaña Grape Boycott está la lección sobre la irreverencia. Los esfuerzos anteriores para organizar a los trabajadores agrícolas no tuvieron éxito en parte porque las protecciones de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) no incluían a los trabajadores agrícolas. Irónicamente, fue la prohibición de la NLRB de los boicots de huelga secundaria (en este caso, los mercados que venden productos boicoteados) y su incapacidad para hacer cumplir eso entre los trabajadores agrícolas que resultó ser una “fisura” lo que finalmente llevó a la victoria de la UFW. La capacidad de la UFW para apuntar a las tiendas, grandes y pequeñas, se convirtió en el puño que abrió de par en par esa fisura y convirtió lo que habría sido una disputa laboral en un movimiento por los derechos civiles.
Otra lección en el corazón de la campaña fue la simple creencia de que organizar se trata de crear relaciones y dejar que las personas se muestren como ellas mismas, así como de construir una comunidad y organización en torno a una lucha: la camaradería y la solidaridad son vitales para organizar, como siempre lo es. desarrollar liderazgo y compromiso.
Alfredo De Avila nos recuerda:
“Los movimientos tienen que ver con las personas y con el todo. No podemos construir una base en una comunidad y cambiar la situación solo con el valor de las tácticas. Tiene que ser la forma en que desarrollamos nuestra base y miembros para que se pongan de pie y protesten por las cosas que ganaron para asegurarnos de que sean impactados para siempre, porque si no, podemos perderlos con la misma facilidad.”